Un estudio alarmante de la revista Nature en el año 2009, asegura que la próxima erupción podría ser igual o más violenta que la conocida erupción del año 79 d.C. del mismo volcán y podría llegar a costar la vida de más de 700.000 personas.
El famoso monte Vesubio italiano (volcán) lleva descansado plácidamente. Pero
los expertos advierten que, el día menos pensado, el Vesubio se despertará de
su larga siesta y su garganta comenzara a escupir fuego. El principal problema
es que en las zonas de mayor riesgo (sus laderas) viven cerca de un millón de habitantes, las
cuales en una posible erupción les podría costar la vida
El Vesubio no hace erupción desde
1944, de forma que, cada año que pasa, según los expertos, las probabilidades
de que sea una erupción destructiva aumentan.
Se estima que en la llamada ‘zona roja’ del Vesubio (situada a 9 kilómetros de
Nápoles, la tercera mayor ciudad de Italia, y considerado unánimemente como el
volcán más peligroso de Europa) viven unas 700.000 almas.
Por motivos de seguridad, desde hace años está
estrictamente prohibido edificar junto a esa montaña de
fuego. Sin embargo, miles de personas tienen su casa junto a ellos,
en lo que supone un claro desafío a la ley y, sobre todo, a la naturaleza.
Cada año se ignoran las leyes y se
construyen nuevas viviendas ilegales en esas peligrosas localizaciones. Baste
decir que un estudio realizado en 2007 por investigadores italianos sentencia
que en caso de que el Vesubio experimentase una erupción similar a la que
registró en el año 79 de nuestra era, cuando sepultó bajos sus cenizas las
ciudades de Pompeya y Herculano, unas 300.000 personas podrían morir.
Para tratar de evitar una tragedia anunciada, las autoridades italianas han
puesto en marcha distintas iniciativas, entre ellos un plan de evacuación. En
Nápoles, uno de ellos es que, el Ayuntamiento ofrece desde 2003 un total de
30.000 euros a los residentes en la ‘zona roja’ alrededor
del Vesubio que abandonen su casa y se trasladen a otra parte. La gente hace
caso omiso de esta advertencia y prefieren seguir viviendo en estas zonas peligrosas,
además, las autoridades regionales han llegado a un acuerdo con los
responsables del parque Nacional del Vesubio para aprobar, cada seis meses, un
programa de demolición de casas ilegales. Pese a todas estas medidas de
seguridad y planes de cambios re residencia, el problema no parece arreglarse
Los
expertos predicen además
que no debe de estar muy lejos el día en el que Vesubio se despierte de la
larga siesta en la que lleva sumido.
El Vesubio, por ejemplo, ha entrado en
erupción 42 veces desde 1631, lo que significa que entra en erupción cada ocho
años. La última vez que entró en actividad fue hace 65 años, en 1944, cuando
arrasó las poblaciones de San Sebastiano al Vesubio, Massa di Somma y parte de
San Giorgio en Cremano, matando a 26 personas. El Vesubio está acumulando energía
la cual podría ser muy destructiva y esto es un peligro eminente para su población
Ni
siquiera con los planes de detección
sismológica y los sistemas de control funcionasen a la perfección se podría
garantizar que no se producirían muertes. “En la
zona del Vesubio no hay carreteras ni vías ferroviarias adecuadas, por lo que
muy probablemente la evacuación se transformase en un caos”,
aseguraba en Roma Francesco Russo,
presidente de colegio de geólogos de la región de Campania.
Bastian Rojas Pavez


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