Plástico, aluminio, hormigón, pesticidas, polvo radiactivo y
residuos de combustibles fósiles componen nuevas capas de tierra de nuestro
planeta. A esto se suma el cambio climático, el aumento del nivel del mar y el
aceleramiento de las tasas de extinción de especies. Todo lo anterior como
parte del legado del ser humano en el planeta Tierra.
Parte de esta evidencia fue publicada por la revista Science
en un estudio que forma parte de una de las discusiones que está más en boga en
el mundo de la geología y la ecología. Se trata de un vigoroso debate de si la
acción humana merece o no ser reconocida como una nueva unidad en la Escala de
tiempo geológico conocida como el Antropoceno: la época del humano.
Huellas en la tierra
Desde que existe el planeta Tierra, hace 4.500 millones de
años, éste ha pasado por distintos períodos que quedan marcados como capas en
el suelo. Así, a partir de los componentes de la tierra se ha decretado la
existencia de cuatro eras, cada una con sus respectivos periodos, por ejemplo
la era Mesozoica y su periodo Jurásico, caracterizado por la existencia de los
dinosaurios. Actualmente el planeta se
encuentra en la época del Holoceno, del periodo Cuaternario –en el cual aparece
la especie humana hace unos 195 mil años-
de la era Cenozoica.
Todos los periodos han estado marcados por procesos
naturales que incluyen cambio de clima, desaparición y aparición de nuevas
especies y cambios en la composición de la tierra entre otros factores. Pero
desde que existe la especie humana los cambios se han empezado a producir por
nosotros mismos y de forma muy acelerada en comparación a épocas pasadas.
“Estos niveles de dióxido de carbono, de nitrógeno, de
erosión y de mayor temperatura se han alcanzado antes, lo que pasa es que en
esta época los hemos alcanzado muy rápidamente: en vez de demorarnos diez mil
años en llegar a este punto, nos hemos demorado cien. Los ecosistemas no son
capaces de adaptarse tan rápido. Ni nosotros mismos nos hemos llegado a adaptar
a los niveles de contaminación; en China andan con mascarillas”, explica
Javiera Mulet, integrante del directorio de la Sociedad chilena de geología y
del Grupo de Geología Ambiental de esta.
Un artículo publicado en marzo del año pasado, titulado
“Definiendo el Antropoceno”, indica que los humanos han cambiado el sistema
planetario lo suficiente como para producir señales en los sedimentos y en el
hielo que justifican el reconocimiento del Antropoceno.
Habla de cuatro hitos importantes en la historia humana que
podrían marcar el comienzo de esta nueva época, que en geología se conocen como
Global Boundary Stratotype Section and Point (GSSP).
El primero es el impacto biológico relacionado con el
comienzo de la agricultura, que al reemplazar la vegetación natural aumenta las
tasas de extinción y cambia algunos ciclos naturales. El segundo cambio
relevante llega con la colonización en 1492, cuando las naves europeas
desembarcan en el caribe, lo que a futuro implica el intercambio de especies en
distintas partes del mundo, alterando la organización natural de la vida en la
Tierra y el ciclo del dióxido de carbono específicamente en 1610.
Un tercer hecho es la revolución industrial, basada en el
uso masivo de metales y combustibles fósiles pero con un impacto más bien
local. El último cambio es conocido como la Gran Aceleración, que se da desde
1950 y está marcada por un boom en el crecimiento de la población humana a
nivel mundial y sus respectivos impactos en los procesos naturales, además de
la utilización de armas químicas desde la prueba de la primera arma nuclear en
China el año 1964.
Actualmente se están llevando a cabo estudios para tener más
información respecto a cuál de estos hitos sería el más adecuado para hablar
del comienzo del Antropoceno. Una vez recopilada la información, la propuesta
de la nueva época geológica llegará a manos del grupo de trabajo del
Antropoceno de la subcomisión de la estratigrafía del cuaternario, seguido de
una votación mayoritaria en la comisión internacional de estratigrafía y
finalmente la ratificación de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas
(IUGS, en inglés).
El debate de la nueva época
“La validación de eso (Antropoceno) tiene una implicancia
política porque en la medida en que se naturaliza esto, se tiende a naturalizar
las conductas humanas que marcan esos cambios y eso, sobre todo en un contexto
en que se trata de revertir, puede que tenga un impacto. Que se diga
‘contaminamos los mares, cambiamos el clima y eso es algo normal’”, plantea el
doctor en microbiología Pablo Lobos.
Javiera Mulet cree que el panorama sería precisamente el
opuesto; que ayudaría a tomar conciencia y mejorar las condiciones de
explotación de recursos. “Este parece ser un cambio brusco que no es el
continuo que venía pasando desde el último período glaciar. Y hay que ponerle
un nombre. Si te vas al lado más político, también es para llamar la atención
de que hay algo que estamos viendo en el registro geológico, generar bulla en
las políticas públicas de gran escala, por ejemplo en la COP21. Primera vez que
nos enfrentamos a una parte más social de la geología”, dice.
Es precisamente ese tinte político-social el que genera
desconfianza en Francisco Hervé, geólogo y académico de la Universidad de Chile
y Andrés Bello que asegura que el concepto obedece a una tendencia mundial que
podría influenciar una definición imparcial y netamente científica de una nueva
época en la escala geológica. “Esto del Antropoceno no es una cosa de la
ciencia pura, tiene que ver con un concepto de las cosas y quizás por eso no es
tan apropiado. La tendencia más popular dice que el hombre es modificador de la
naturaleza, que ha contaminado todo. En parte es cierto, pero tiene que
reflejarse en los métodos de la comunidad geológica para que merezca
representar una nueva división del tiempo”, asegura Hervé.
El ex vicepresidente de la IUGS se pregunta: si el ser
humano es parte de la naturaleza, ¿no se deberían considerar sus acciones
también como parte del ciclo natural del planeta? “Dicen que la actividad
humana ha hecho desaparecer muchas especies. Posiblemente para esa especie es
algo negativo, pero quizá para el mundo no es negativo; las especies se han
generado y desaparecido, es parte también del ciclo natural. Lo mismo ocurre
con el calentamiento global; nosotros sabemos que la tierra se ha calentado y
se ha enfriado muchas veces”, plantea Hervé.
“Se dice que estamos modificando la Tierra más rápidamente
que los procesos naturales, pero ¡los seres humanos también somos naturales!
Hay momentos en la historia de la Geología en que otros seres vivos han
producido cambios enormes, como las bacterias. La atmósfera de la Tierra no
tenía oxígeno y las bacterias les dieron oxígeno y cambiaron todo”, plantea el
geólogo.
http://www.eldesconcierto.cl/vida-sustentable/2016/01/14/el-antropoceno-la-epoca-del-hombre-que-podria-terminar-con-su-propia-extincion/
Rubén Darío Cartes Molina.
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