Durante miles de
millones de años la Tierra no tuvo campo magnético, pues se generó por primera
vez hace entre 1000 y 1500 millones de años.
Se sabe la
importancia que tiene el campo magnético terrestre. Gracias a él estamos
protegidos de las radiaciones en forma de partículas cargadas que vienen del
Sol. No sólo los habitantes que estamos en la superficie estamos protegidos,
sino incluso los astronautas que están dentro de la magnetosfera (naves
espaciales).
Gran parte de estas partículas son desviadas y nos libramos de sus efectos sobre la vida, pero algunas se escapan y van a parar a las regiones polares produciendo las auroras. Cuando estas partículas impactan las altas capas de la atmósfera consiguen excitar los átomos de los gases que hay ahí y, al cabo de un pequeño tiempo, estos vuelven a su estado fundamental emitiendo luz.
Gran parte de estas partículas son desviadas y nos libramos de sus efectos sobre la vida, pero algunas se escapan y van a parar a las regiones polares produciendo las auroras. Cuando estas partículas impactan las altas capas de la atmósfera consiguen excitar los átomos de los gases que hay ahí y, al cabo de un pequeño tiempo, estos vuelven a su estado fundamental emitiendo luz.
Si se analizan las
regiones polares desde el espacio, mirando precisamente desde el polo, algo que
ahora se puede hacer con satélites en órbita polar, se puede ver cómo las auras
forman una circunferencia alrededor del polo. Por donde salen y entran las
líneas de campo magnético son a lo largo de ese círculo imaginario.
Se cree que el campo magnético terrestre es el resultado del efecto de dinamo de las corrientes de convección en el núcleo externo y la rotación. Además, la rotación de la Tierra es ligeramente distinta a la rotación de su núcleo.
Se cree que el campo magnético terrestre es el resultado del efecto de dinamo de las corrientes de convección en el núcleo externo y la rotación. Además, la rotación de la Tierra es ligeramente distinta a la rotación de su núcleo.
Al momento de formarse la Tierra los materiales más densos, como el hierro migraron hacia el interior. Estas aleaciones de hierro darían lugar al núcleo. En un momento dado el núcleo se fue enfriando y se formó un núcleo con dos capas (algo a lo que se llama ‘nucleación’), una interior sólida y una exterior fundida. Según pasaba el tiempo la parte sólida crecía a costa de la líquida. Ahora, el núcleo exterior es más rico en materiales más ligeros y más pobre en metales densos.
Hasta ahora, con
los datos experimentales disponibles, sólo se había podido poner una horquilla
para el evento comprendida entre hace 500 millones de años y 2000 millones de
años.
Pues bien, un estudio reciente elaborado por investigadores de la Universidad de Liverpool sitúa la generación del núcleo interior y, por tanto, del campo magnético terrestre entre hace 1000 y 1500 millones de años, es decir, que durante miles de millones de años la Tierra no tuvo campo magnético, pues la Tierra estaba ya formada hace 4500 M.A.
Para poder datar este evento con una barra de error tan “pequeña” estos investigadores analizaron rocas ígneas muy antiguas en busca de las huellas que la presencia de un campo magnético habría tenido durante su formación. Encontraron un aumento brusco de la intensidad del campo magnético de la Tierra entre hace entre 1000 y 1500 M.A., lo que quiere decir que el núcleo de nuestro planeta se estuvo enfriando más lentamente de lo pensado con anterioridad y que el núcleo interior crece a sólo 1 milímetro/año.
Según Andy Biggin, este hallazgo podría cambiar nuestra comprensión del interior de la Tierra, su campo magnético y su historia.
Científicos estiman que el campo magnético terrestre esté funcionando, al menos, durante otros 1000 millones de años.
Pues bien, un estudio reciente elaborado por investigadores de la Universidad de Liverpool sitúa la generación del núcleo interior y, por tanto, del campo magnético terrestre entre hace 1000 y 1500 millones de años, es decir, que durante miles de millones de años la Tierra no tuvo campo magnético, pues la Tierra estaba ya formada hace 4500 M.A.
Para poder datar este evento con una barra de error tan “pequeña” estos investigadores analizaron rocas ígneas muy antiguas en busca de las huellas que la presencia de un campo magnético habría tenido durante su formación. Encontraron un aumento brusco de la intensidad del campo magnético de la Tierra entre hace entre 1000 y 1500 M.A., lo que quiere decir que el núcleo de nuestro planeta se estuvo enfriando más lentamente de lo pensado con anterioridad y que el núcleo interior crece a sólo 1 milímetro/año.
Según Andy Biggin, este hallazgo podría cambiar nuestra comprensión del interior de la Tierra, su campo magnético y su historia.
Científicos estiman que el campo magnético terrestre esté funcionando, al menos, durante otros 1000 millones de años.
Nombre: Náyade Olivares Vivanco.
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