Chile es considerado uno de los países más sísmicos del mundo, donde a menudo la población ha tenido que lidiar con desastres geológicos frecuentemente.
Un estudio del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN) elaboró un catastro en donde se señala que en el periodo de 1980 a la fecha, se han registro al menos 70 desastres de origen proveniente de la corteza terrestre, incluyendo de este modo aluviones, remociones en masa, inundaciones y anegamientos, entre varios otros.
Cabe destacar que en Chile mueren o desaparecen en promedio 24 personas al año a causa de peligros geológicos.
Esta cifra no pasa desapercibida, por lo que llama al gobierno a elaborar un Plan Nacional destinado a construir las obras de mitigación necesarias para evitar estas desgracias.
Un evento reciente de estos fenómenos se registró entre el 24 y el 26 de marzo pasado en Atacama, donde los aluviones inundaron un 55% de superficie urbana en Copiapó y Paipote, afectando directamente a más de 70.000 habitantes, además de los efectos registrados en Chañaral, Diego de Almagro y otras localidades del valle del río Salado.
Las autoridades señalan que la situación es grave, las pérdidas humanas y materiales no deberían convertirse en una rutina nacional. Las medidas para mitigarlos existen, sólo que no se aplican con restricción. De este modo se refuerza la necesidad de disponer de un Plan Nacional de Peligros Geológicos, precisamente orientado a salvar y guardar la vida e integridad de las personas.
Rodrigo Álvarez Seguel, director del Sernageomin, destacó que “los peligros geológicos son de diverso tipo. Por ejemplo, respecto de aquellos de origen volcánico, el Estado ya tomó cartas en el asunto, porque era lo que correspondía tras las erupciones de los volcanes Chaitén y Llaima en 2008. Ese año se resolvió crear la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin, cuyos mapas y monitoreo de los 43 volcanes activos más peligrosos han aportado información oportuna en varias crisis eruptivas. Efectivamente, esto no pasa, sin embargo, con otros peligros geológicos de igual importancia, como aluviones, deslizamientos, desbordes de cauces, sismos, y es verdad que estos peligros deberían ser el próximo desafío para el Estado”.
Así es como se plantea el nuevo desafío para el gobierno de Chile, con el fin de mitigar los efectos que puede causar la Tierra sobre nosotros mismos.
Cabe destacar que en Chile mueren o desaparecen en promedio 24 personas al año a causa de peligros geológicos.
Esta cifra no pasa desapercibida, por lo que llama al gobierno a elaborar un Plan Nacional destinado a construir las obras de mitigación necesarias para evitar estas desgracias.
Un evento reciente de estos fenómenos se registró entre el 24 y el 26 de marzo pasado en Atacama, donde los aluviones inundaron un 55% de superficie urbana en Copiapó y Paipote, afectando directamente a más de 70.000 habitantes, además de los efectos registrados en Chañaral, Diego de Almagro y otras localidades del valle del río Salado.
Las autoridades señalan que la situación es grave, las pérdidas humanas y materiales no deberían convertirse en una rutina nacional. Las medidas para mitigarlos existen, sólo que no se aplican con restricción. De este modo se refuerza la necesidad de disponer de un Plan Nacional de Peligros Geológicos, precisamente orientado a salvar y guardar la vida e integridad de las personas.
Rodrigo Álvarez Seguel, director del Sernageomin, destacó que “los peligros geológicos son de diverso tipo. Por ejemplo, respecto de aquellos de origen volcánico, el Estado ya tomó cartas en el asunto, porque era lo que correspondía tras las erupciones de los volcanes Chaitén y Llaima en 2008. Ese año se resolvió crear la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin, cuyos mapas y monitoreo de los 43 volcanes activos más peligrosos han aportado información oportuna en varias crisis eruptivas. Efectivamente, esto no pasa, sin embargo, con otros peligros geológicos de igual importancia, como aluviones, deslizamientos, desbordes de cauces, sismos, y es verdad que estos peligros deberían ser el próximo desafío para el Estado”.
Así es como se plantea el nuevo desafío para el gobierno de Chile, con el fin de mitigar los efectos que puede causar la Tierra sobre nosotros mismos.
Camila Aguilar Hernández
http://www.sernageomin.cl/detalle-noticia.php?iIdNoticia=227
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